*Una reunión que daba al PRI una ventaja sin igual, pero la presencia de Jesús Cienfuegos, la ha puesto en una balanza con sabor amargo.
Por: Alfredo Gonzalez V.
Entabladero, Espinal, Ver. Un fin de semana asoleado y donde se veian nubes barruntosas por el fuerte calor que azota en el Estado de Veracruz, todo era alegría y felicidad, la militancia priista de la Sierra del Totonacapan acudió en masa el pasado fin de semana a recibir a los candidatos al Senado, Héctor Yunes Landa y a la candidata a la Diputación Federal por el Partido Revolucionario Institucional, Alma Jeanny Arroyo de Cienfuegos, era el lugar perfecto para refrendar el apoyo al tricolor y mostrar el músculo que el Grupo Totonacapan todavía puede presumir al tener todo el control político en los ocho Municipios de la Sierra Totonaca.
Pero era tanta la miel nunca faltó algo que rompió el encanto, la llegada del alcalde papanteco Jesús Cienfuegos al evento, aún con orgullo Héctor Yunes Landa presumió que la sencillez del alcalde le obligó a pedir permiso sin goce de sueldo para acompañar a su esposa la hoy candidata a la curul federal, quien entró de repechaje tras la exigencia del IFE en la aplicación de la cuota de género.
Con cierta timidez *Chuchin*, como le llaman sus amigos, subió al estrado recibiendo unos tímidos aplausos, nada comparados con las porras a los líderes de la Sierra, entre ellos Benito y Basilio Picazo Pérez así como la ovación estruendosa hacia Reveriano Pérez Vega, organizadores del evento y así como llegó Jesús Cienfuegos así se sentó, en calidad de visitante, con cierto temor a lo que veía a su alrededor.
*Los discursos decían que la unidad priista era incomparable*, la ¡seguridad de que el PRI ya ganó, y que sólo falta esperar la llegada de las elecciones para refrendar el triunfo, pero algo raro flotaba en el ambiente, algo que los asistentes en masa no percibían, el último discurso ofrecido en dialecto por Benito Antonio Isidro, edil de Filomeno Mata arrancó los aplausos de quienes aún permanecían incrédulos.
Y como alma que lleva el diablo, se dio la desbandada, camionetas de los líderes arrancaron mientras la gente a las afueras aún se disputaba las camisetas y gorras que no alcanzaron a ser repartidas, en otro extremo el Restaurante el *Triángulo* era asediado por los priistas elegidos para la comilona en honor a los candidatos, tlacoyos y mixiote para todos, los primeros en llegar fueron el poderoso *Grupo Totonacapan*, demostrando la alegría de que el evento organizado por ellos había sido un éxito.
Cuando en su flamante camioneta aparece en escena nuevamente Jesús Cienfuegos Meraz junto con su equipo de fieles aduladores al restaurante, esto causó el malestar que pocos se percataron y los que lo vieron no lo podían creer, al pararse Basilio, Benito y Reveriano, quienes le demostraron desaire y dejaron el restaurante.
Cabe señalar que el evento político no era para él, era para los candidatos Héctor Yunez Landa y Jeanny Arroyo Ruíz, esto porque como dice un viejo adagió *tlo mastican pero todavía no lo tragan*, aún no le perdonan su soberbia y su traición, quedando de manifiesto que como líderes ellos son los que aún mandan en la Sierra del Totonacapan, ante tal movimiento de desaire y pasando de la risa a la incredulidad, Jesús Cienfuegos repetía como un *loro*, que se tenía que retirar pues tenía gente que atender en Palacio, se le olvidó que tenía permiso sin goce de sueldo.
El resultado de esta reunión y triste acontecimiento, no debe hacer creer a la candidata a la Diputación Federal Jeanny Arroyo de Cienfuegos, que las trae todas consigo, ni Alejandro Hernández Cabada presidente del PRI en Papantla, debe creer que quien convocó a las masas fue Jeanny, fueron los lídres de la Sierra y debe aprender que es una de las plazas más difíciles de domar, y la cabecera distrital, Papantla, se encuentra muy frágil para el PRI, una buena dosis de “ubicatex” hace falta, y a Jesús Cienfuegos una buena sobredosis más falta le hará.
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